jueves , 28 marzo 2024 1:49 pm
Foto: World Rugby

LOS SPRINGBOKS SON LOS NUEVOS CAMPEONES DEL MUNDO

Con un scrum imparable y una afinada puntería de Handré Pollard, Sudáfrica venció a Inglaterra 32-12 y se quedó con su tercera Rugby World Cup. En un partido atrapante disputado en el International Stadium Yokohama, Sudáfrica derrotó a Inglaterra 32-12 y se coronó campeón de la RWC 2019. Los 22 puntos anotados por Handré Pollard y los tries de Mapimpi y Kolbe lo hicieron posible. 

De movida y sin tiempo para el estudio de ambas estrategias, una infracción de Courtney Lawes generó una chance clave que le permitía a Sudáfrica abrir el marcador. Pero Handré Pollard no fue preciso y falló en el envío a los palos desde una posición muy factible.

Con una muestra de máxima entrega y entusiasmo tanto el XV de la Rosa como los Springboks empezaron a desandar un camino apasionante y cargado de tensión.

Con mucha fuerza y dinámica, las primeras plataformas de ataque fueron generadas por los Boks dominando ante un rival que apenas cruzó la mitad de la cancha. Los primeros tres puntos del partido más importante de esta RWC 2019 llegaron a través del pie del apertura sudafricano que se tomó revancha.

Más allá de las imprecisiones de ambos lados, los de Rassie Erasmus sentaron las bases siendo superiores en las formaciones fijas pero no supieron cómo traducir ese dominio marcando más puntos. Y en el primer avance de los de Eddie Jones, Owen Farrel puso el tanteador 3-3 a través de un penal. A partir de allí llegó la reacción inglesa que golpeó las puertas del try pero falló en los metros finales.

Tres penales de Pollard y uno de Farrell dejaron el resultado 12-6 en favor de los Boks que fueron superiores en una primera parte digna de una final.

Jerarquía pura

En los primeros minutos del complemento fue Inglaterra el que intentó meterse en terreno ajeno, sin embargo chocó con una defensa impermeable y con sus propios errores de manejo. Pero si hubo una clara ventaja entre uno y otro equipo, vale destacar un imparable scrum sudafricano que empezaba a justificar la superioridad en el juego y en el marcador.

En un trámite sumamente intenso con muchas infracciones, dos penales de Pollard y uno de Farrell dejaban un parcial de 18-12 para Sudáfrica a falta de 20 minutos y con final abierto.

Estos partidos suelen tener esos momentos cumbres donde un equipo muestra esa jerarquía necesaria para ser campeón y el que la tuvo fue Sudáfrica. Con 14 minutos para el cierre, la pelota voló a la punta izquierda y después de un impecable kick de Mazazole Mapimpi por arriba de la defensa, capturó la pelota Lukhanyo Am que con suma calidad le devolvió la gentileza al wing sudafricano para marcar el primer try del partido.

Un desdibujado Inglaterra tuvo una tibia y tardía reacción que de poco le sirvió para achicar diferencias. La frutilla del postre llegó por la punta derecha con un electrizante Cheslin Kolbe que sentenciaba el partido.

El hambre, las ganas, la fuerza y la jerarquía le dieron a los Springboks su tercer título en una Rugby World Cup en una frase repetida después de la derrota en el debut ante los All Blacks que decía «a partir de ahora cada partido será tomado como un playoff».

Fuente: World Rugby

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