Así se refirió Martín Mackey, Director de Rugby de la UAR, al proceso evolutivo de Los Pumas y del rugby argentino en general. Un plan estratégico que tiene como objetivo mejorar la enseñanza del juego y donde manifestó que “vamos por más y mejor rugby en todo el país”.
En su momento apareció el equipo de la Copa Mundial de Rugby de 1999 acaparando la atención de propios y extraños, después siguió aquella histórica actuación consagratoria en la RWC 2007 y ahora Los Pumas vuelven a meterse en la conversación quedando entre los cuatro mejores equipo de la Rugby World Cup 2015. Estos logros no se dieron por casualidad y todo tiene una explicación: la planificación, la competencia y el trabajo para lograr el objetivo de que los jugadores sean “Made In” Argentina.
Así lo explicó Martín Mackey, Director de Rugby de la Unión Argentina de Rugby (UAR), quien desembarcó allí en el 2011 como Director de la Preparación Física de Los Pumas, después de haber estado 11 años trabajando con el plantel superior del club Duendes de la ciudad de Rosario, uno de los más exitosos de la competencia doméstica en Argentina.
“Con la idea de poder crecer en el rugby a nivel mundial, en 2009 la UAR planificó y proyectó hasta el 2019 dividiendo los objetivos en dos etapas. La primer etapa que va del 2009 al 2015, buscando igualarnos en el aspecto físico con las grandes potencias. Para esto Argentina creó cinco centros de alto rendimiento ubicados en las cinco regiones más importantes del rugby del país”.
Mackey, formado como profesor de Educación Física y vinculado al mundo del rugby gracias a Ricardo Imhoff (tío de Juan, wing de Los Pumas) explicó que “en estos centros comenzaron a entrenar los jugadores a partir de los 18 años, lo hacían todos los días con un plan mixto porque además entrenaban en sus clubes. Luego se empezó a utilizar una metodología de trabajo clara y unificada con un mismo objetivo en todo el país, donde los tres puntos clave estaban centrados en disminuir el número de lesiones, mejorar la performance de los jugadores y a partir de esto último, poder mejorar el juego”.
Jugadores de acá y de allá
En la historia de Los Pumas siempre fue sumamente complicado amalgamar a jugadores profesionales que estaban en Europa, con un calendario apretado y opuesto al que tienen las grandes potencias del hemisferio sur. Muchas veces se juntaban un par de semanas antes de una competencia y el tiempo de entrenamiento era muy corto.
Gracias a la inserción de Argentina en el Rugby Championship a partir del 2012 y la franquicia argentina que jugará el Super Rugby en el 2016, se buscó que la formación y la evolución del jugador sea en el país: “Los jugadores que disputaron la RWC 2011 mayoritariamente eran argentinos que jugaban en Europa, distinto a lo que pasa en esta RWC 2015 donde de los 31 jugadores son 24 los que pasaron por estos centros de alto rendimiento. La idea era hacerlo con un plan de trabajo pensado, claro y bien nuestro para que los jugadores se formen física y técnicamente en Argentina”.
Autor del libro “Entrenando Movimientos”, donde explica la metodología de trabajo que lleva a cabo la UAR, indicó que “hasta la fecha, la mayor ventaja que nos ha dado Europa es la de la competencia y la mayor ventaja del plan argentino es poder mejorar a los jugadores en las destrezas y en los aspectos físicos y técnicos”.
Además, agregó que “el jugador que hace un tiempo largo o corto está en Europa nos da la principal ventaja de tener rodaje del más alto nivel, algo que no tienen los que se quedaron en la Argentina porque aquí juegan en sus clubes cada fin de semana y la competencia es amateur. Por eso la competencia de Europa es superior a la de nuestro país”.
Entre el año 2007 y 2011 el seleccionado nacional jugó 16 partidos, entre el 2011 y el 2015 fueron 48 los encuentros disputados y del 2015 al 2019 muchos de los jugadores que permanecerán en nuestro país con Super Rugby y las participaciones en las competencias con Los Pumas, disputarán 30 partidos por año, por lo que serán un total de 120 encuentros en cuatro años. Estos números que aumentan reflejan claramente cómo Argentina ha logrado aumentar su competencia no sólo en cantidad, sino en la calidad de torneos en los que participa.
Autor: Manuel Elicabe